Fueron demasiadas palabras. Y demasiados golpes. Infinidad de mentiras. De duelos. De silencios. Nunca me sentí demasiado cómoda en los vacíos entre los dos. Las canciones parecían llenar las penas. Los huecos se hacían más grandes. Las heridas no supuraron.
Ahora, no sé dónde estoy. El cielo es gris, pero veo la luz del Sol. De alguna manera he logrado encontrar el valor para seguir. Voy a ser grande. Voy a ser yo. Quizás la chica de la que te enamoraste, y que se enamoró perdidamente de ti. Pero sin ti. Sin las peleas. Los problemas. El estrés. Sin las noches en blanco. Sin la presión. Sólo con ganas de reír, de jugar. De conocer a gente nueva, maravillosa, entrañable.
Y seguir amando al mundo. Seguir adorando a mi mundo. Adorarme a mi.