miércoles, 15 de febrero de 2012

Somos tan sumamente diferentes. Eres tan oscuro y tan frío. Soy tanta luz y tanto calor. Eres tanta persuasión y yo tanta ingenuidad. Eres una cárcel de oro. Yo una llave oxidada. En alguna parte logramos encajar. Quizás en el hecho de que yo te convierto en algo más ardiente que el Sol. Quizás en el hecho de que tu me conviertes en la ventisca más helada. Tu eres tanta soledad. Yo soy tantas personas. Tu voz es un único sonido; grave y eterno que me lleva a otro lugar. Mi voz es demasiadas cosas; aguda y etérea, llena de risas, sarcasmos, dolores y penas. Julian~ Tu nombre sabe a chocolate. Es algo que no encaja en otros idiomas. Es una palabra que no sale en ningún diccionario. Tiene un significado que no conozco. Es una sola melodía. Un sonido grave, seco y corto, pero con tantos matices. 
Tus dedos son lazos de seda. Tus besos son el mejor remedio para mi dolor. Tus ojos parecen adorarme. Ámame, Darksoul. Alma oscura. Tan adolorida y cansada. Ámame poco a poco. Ámame a secas. Sal y sonríe. Sal y corre hacia la libertad, yo estoy allí.
Canela y pimienta. Sal y azúcar. Carne y pescado. Chocolate y Vainilla. Natillas y arroz con leche. Union Jack y el Sol Naciente. Tú y yo... Tan diferentes y a la vez tan... Juntos.

viernes, 10 de febrero de 2012

Es extraño volver a escribir. Resulta difícil expresarme. Me he bloqueado por completo. No alcanzo las palabras. Se desvanecen en el aire. Parece que fue ayer cuando pude hablar, pero sé que fue hace muchísimo tiempo. Se traban las notas en los acordes. Parece que no funciona nada en mi mente. Me he desordenado por completo. No he hecho la maleta. He hecho la cama a las tres de la tarde. El cuarto está sin barrer. Entra el sol por la ventana. Hace frío. Y hace calor. No estás. Tengo ganas de verte. Ayer nos volvimos a besar, antes de marchar. Parecías tan desesperado por llevarme contigo. Apretaste tu boca a la mía, y recorriste mi espalda con los dedos. Y me miraste.
Mírame, te digo a veces, entre susurros, cuando discutimos.
Mírame. Cuando lo haces, parece que todo cobra sentido. Cuando me miras, es como si pudiera verlo todo claro de repente. 
Me estás matando. Me estás reviviendo. Acabas conmigo en tres microsegundos. Vuelvo a la vida cuando menos me lo espero. No sé si es cuando estoy sobre tu cama. O cuando cocinamos juntos. O cuando simplemente respiramos el mismo aire... No lo sé. De verdad que no lo sé... Pero devuélveme mis palabras.