... que se expanden a través del firmamento. Estás tan cerca y a la vez tan lejos cuando te abrazo. A penas alcanzo tus labios si no me coloco de puntillas. A penas puedo mirarte a los ojos sin echarme hacia atrás. Pero a veces tus brazos me elevan y me colocan a tu altura, y de repente, estás tan cerca; tan maravillosamente cerca, que cada voluta de humo gris de tus ojos me acaricia. Cada hebra de hierba de tu iris me hace cosquillas. Y la miel de tu mirada se derrite maravillosamente dulce sobre mí. Tus ojos siempre serán preciosos. Siempre me van a mirar de esa forma tan seria y formal que tienes, pero a la vez, tienen ese brillo dulce y amoroso que conozco perfectamente, porque yo misma lo tengo en mis ojos. Y cuando además sonríes. Cuando sonríes, Julian, parece que las nubes grises se disuelven en girones desgarrados, y el sol se vuelve aún más ardiente. Y todo en este mundo es simple y llanamente perfecto. Porque tus ojos y tu sonrisa me vuelven loca. Tu eres mi luz. El único punto de cordura que tengo. Lo que más amo en este mundo. Eres fantástico. Eres.. Mi vida entera...
miércoles, 18 de enero de 2012
viernes, 6 de enero de 2012
Etéreo
Las mañanas etéreas, suaves, a veces un poco grises y tus brazos en mi cintura. Se hace raro despertar sola, enredada en las sábanas que no huelen a ti. Es extraño mirar hacia mi derecha y no verte dormir, con el pelo en la frente, revuelto, y tus dedos agarrando mi muñeca, porque te has vuelto a entretener jugando con mis dedos. Es maravilloso tenerte así, tan sencillo y tranquilo, porque puedo mirarte horas sin que te enteres. Y te miro. Horas. Horas que parecen una eternidad. Horas que quiero que sean una eternidad. Y cuando despiertas siempre es porque juego con tu pelo. Tus ojos parecen verdes cuando los abres a la luz del nuevo día; luego cambian a un profundo gris y después de besarnos siempre vuelven a ser una mezcla de esos dos colores con un toque de marrón. Y los miró. Me pierdo en ellos y me vuelves a besar.
Dices que te gusta ver la sábana pegada a mi piel, y a mi me gusta sentir su tacto en mi cintura mientras acaricias mi espalda. Me besas en las noches oscuras y alejas las pesadillas. Dices que no me enfade y con una sonrisa borras mis dudas. Me arropas en las noches frías, besas mi frente, apartas mi cabello suavemente y me miras fijamente. Después dices "Te amo", y cuando lo haces, el día parece aún más claro aunque fuera sólo hay oscuridad. Te acuestas cada vez más tarde, y cuando vuelves a la cama tengo que hacerte un hueco. Aprietas mi cuerpo al tuyo, acaricio tu pelo con la punta de mis dedos, y sólo dices "Duérmete", así que cierro los ojos y luego el primer párrafo se repite.
Eres pura oscuridad, y a veces eres pura malicia y maldad. Me gastas bromas de muy mal gusto, y a veces me haces llorar, pero siempre te arrepientes. Creo que esperas que me haga más fuerte. Creo que quieres que afronte las cosas como una estatua. Creo que quieres evitar que vuelva a llorar por motivos aparte. Sé que odias verme llorar. Sé que odias saber que a veces lloro por tonterías porque me guardo cosas muy grandes dentro. Eres mi mejor amigo, mi diario, mi lienzo viviente y personal. Lo más grande de mi mundo, lo más perfecto de mi planeta. Algo que me traga y consume con un gesto. Y te sigo. Te seguiré hasta el final. Estoy tan orgullosa de ti. De los dos. De que todo valla tan bien. De que tu sigas siendo tan... Tú.
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