sábado, 17 de diciembre de 2011

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"Vas a estar bien. Lo sé. Y yo estaré contigo. Siempre. Siempre para ti. Así que prométeme que vas a estar bien. Prométeme que vas a ser feliz. Prométeme que me vas a olvidar. Yo me acordaré de todo por los dos"
Y prometiste. Las dos primeras a la primera. La tercera promesa quiero creer que te costó, porque tardaste más en prometer. Pero prometiste. Y duele. Hubiese preferido que me abrazases con fuerza, para no dejarme respirar. Para ahogarme. Para que me mataras. Para que acabaras conmigo de una vez, rápidamente; no como ahora. Que me consumo a fuego lento, sin pausa y casi sin descanso. Esto se está convirtiendo en una tortura. No sé nada de ti. No sé nada de lo que ha pasado en tu cabeza desde que me fui de allí. A tu lado no deje solo un montón de lágrimas desparramadas por la colcha. En tu almohada dejé todos mis sueños. Entre tus sábanas dejé cada caricia que te debía. En el aire que te rodea he dejado mi presencia. Entre tus libros he deslizado los dedos, para recorrer esos mundo que me habría gustado leer. Entre las hebras de tu cabello he dejado miles de promesas, que iba a cumplir. En tus labios quedan restos de mi gloss rosa con purpurina que usaba cuando nos conocimos. En tus ojos he dejado cada una de mi miradas llenas de ternura. En tu cuello están las marcas de mis mordisco. He dejado dentro de tu cabeza millones de recuerdos y planes. Quiero creer que todas esas cosas que he dejado a tu lado y contigo no las vas a olvidar y me vas a buscar, pero sé que no estarás. Sé que las cosas se han ido fuera  de contexto. Sé que al marcharme dejé claro que las cosas no estaban bien. Siempre decías que si me marchaba, todo se acababa. Y un día incluso dijiste que temías el día que me marchara. Me contabas cosas que nadie más sabía - y que jamás nadie va a saber. Sabes cosas de mí que nunca nadie supo ni sabrá. Y aprendiste a encontrar la paciencia para saber amarme. Y me amaste. Me amas. Y sé que nadie me amará jamás como tu has logrado amarme. Y sé que las mañanas a tu lado en la cama se han acabado. Adiós planes. Adiós tardes a no hacer nada. Adiós críos, y casa de paredes azules. Adiós a la vida idílica que nos prometimos y que queríamos tener. Sé que otra disfrutara de todas esas cosas, que yo pude haber tenido, pero que nunca merecí.
Tengo una cadena de la que cuelga una alianza - Cadenas y Tinta. Tengo una pequeña hoja con bordes irregulares en la cartera, con forma de corazón, que me diste para no olvidar jamás el maravillo fin de semana juntos. Tengo cuatro cartas de Maggic guardadas. Tengo el precioso bolso de las 400 Gallinas. Tengo el fabuloso libro de "Breakfast at Tiffany's". Tengo miles de canciones que me recudan a ti. Que me están matando un poco más. Y necesito tenerte. Recuperarte. Porque tengo miedo de que otra ya halla probado tu boca. Porque me da miedo saber que para olvidarme buscaras a otra. Pero escúchame. Puede que todas ella  sean mejores que yo, pero ninguna te va a amar como yo te amo. Y puede que otra te haga más feliz de lo que yo te hice, pero ellas nunca serán tinta. Tinta que se deslizaba entre tus dedos y pintaba el mundo de infinitos COLORES.