viernes, 29 de abril de 2011

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Quiero decirte tantas cosas. Quiero decirte cada uno de los pensamientos que pasan por mi mente. Aunque sea solo tu nombre; porque a veces tu nombre es lo único en lo que soy capaz de pensar.
Da igual que haga frío ultimamente, da igual que el sol abrase cada parte de mi piel, sólo me importa tu nombre. Sólo me importas tu.
Y joder, si supieras la impotencia que siento en cada momento. Si supieras la angustia que me retuerce las entrañas cada noche. Si supieras la necesidad que tengo de abrazarte y decírtelo. Eso que nace desde mi pecho, que crece por mi garganta, quemándola, y al final escupir esas dos palabras- porque siento que si no las digo pronto, acabaran matandome.
¿Pero sabes qué?
Nunca te las voy a decir. Nunca voy a decir tu nombre y luego las voy a pronunciar, porque si lo hago, voy a llorar. Voy a enfermar. Voy a agonizar porque tu nunca entenderías esto. Nunca entenderías esto que ha pasado dentro de mi. Porque dentro de mí, en mi mente gris y en mi pecho desgarrado, algo ha conseguido salvarse. No sé si es esperanza. No sé si es lamento. Sólo sé que sentirlo me alivia un poco. Pero saber que es por ti, sólo me hiere más.
En todas las palabras que te digo, hay mensajes subliminales. Encuéntralos.

miércoles, 13 de abril de 2011

Ne, Kate...

Hoy, he tenido un día horrible. Hace unos días que me ha dado por escuchar esa canción tuya, aquella que tanto te gustaba y que tanto te encantaba. Ya sabes, "I'm with you". A veces, cuando estábamos las dos solas, y tu cantabas la canción con Avril, era como si estuviéramos pensando lo mismo. A veces, siento que necesito correr hacia ti y decirte que estoy aquí. Que estoy aquí y que te necesito más que nunca.
A veces lloro, abrazada a la almohada. Lloro como cuando él me dejó. Lloró como cuando tu te fuiste. Lloro como cuando yo dejé de ser yo. Lloro. Simplemente lloro, acurrucada bajo las mantas, apretando los puños y hablándote. Porque ya no aguanto no tenerte.
Pongo "I'm with you" en repetición continua. Es como tenerte con tu guitarra azul a mi derecha, como aquellas tardes en la playa, en las que tu cantabas, y aliviabas las cosas.
Ya no estás. Te miro y no te veo. Eres como el espectro de lo que fuiste. Me duele no oírte. Me duele no verte reír. Me duele ver que no sonríes. En serio, Kate, ¿dónde estás? ¿Qué ha pasado? ¿Por qué no vuelves? ¿Por qué no soy capaz de hablarte? ¿Por qué no soy capaz de retenerte del brazo cuando nos cruzamos? Tengo miedo. Siempre tengo miedo.
Y antes me decías lo que tenía que hacer. Antes siempre sabías lo que tenía que decir. Antes siempre estabas ahí. Y ya no estás. Ya no queda nada. Y me duele. 

martes, 5 de abril de 2011

Aneune...


Alguna vez tengo esa necesidad de abrazar. Abrazar fuerte y no dejar de hacerlo. Así que en esos momentos, siempre pienso en Aneune, porque ella siempre está ahí, sea el momento que sea. Cuando abrazo a Aneune, me gusta apretar su cintura y dejar mi frente sobre su hombro, así que ella me aprieta fuerte por los hombros, y cuando aprieto más en su cintura, ella me acaricia el pelo. Y me siento bien
Aneune huele bien. Huele a flores, a fresas. Huele a chucherías y a la tinta de los rotuladores con los que se mancha la punta de los dedos cuando dibuja. Aneune huele a tranquilidad, a risas y alegría. Aneune huele a paz, a madurez y a sonrisas. Así que supongo que Aneune, es más especial de lo que creemos los demás. O más de lo que yo creo. Porque ella es mi Aneune, y me gusta como huele. 
Aneune nunca me pregunta qué me pasa, sólo lo hace cuando sabe que es necesario. Aneune sabe muchas cosas, así que siempre acierta a la hora de preguntar. Cuando le digo que no pasa nada, a veces le miento, pero es sólo porque yo mismo dudo de lo que me está pasando; y aunque ella sepa que le he mentido, no insiste, porque sabe que se lo voy a contar. 
Aneune me apoya, y me aconseja. Me aguanta, que eso es todo un logro, y me da confianza. Aneune me demuestra que las personas cambian, pero que ella siempre será Aneune. Aneune siempre está dispuesta a ayudarme, a mí y a todo el que la necesite. Aneune simplemente es buena. Nos cuida a todos. Pero es mi Anuene. Porque después de todo, me cuida como a una hermana. 
¿Ne, Aneune-san?

viernes, 1 de abril de 2011

#~

Hola. No sé a qué viene esto, no sé a qué viene escribirte ahora. Será que soy tonta, será que no tengo remedio. No te quiero. Dios, no. Esto, no lo vas a leer, y si lo lees, rezo -aunque no creo en nada- para que no te des cuenta de que esto va por ti. Lo demás me da igual. Sólo sé que no te quiero, pero que tengo miedo.
Bueno vale. Miento. Miento y me escondo. Me gustas. No es sentir algo concreto, déjalo en Sentir. Sentir celos, y sentir miedo, y sentir que me ahogo, y sentir que sobro, y sentir que no encaja nada dentro de lo que creía sólido.
Porque sólo confío en tres personas en este mundo, y tu no eres de esas personas, y mi corazón quiere encajarte ahí, pero me da miedo. Dios, creerás que soy de esas histéricas que se rallan porque el "amordesuvida" acaba de sonreirle a la chica rubia al otro lado de la calle. Yo no confío en ti porque le hallas sonreído a esa rubia, yo tengo miedo de ella, directamente.
¿Y qué si no eres el amor de mi vida? Yo tengo la teoría de que el amor existe, pero no para siempre. Es así de lógico. Soy así de testaruda. Y todavía me acuerdo cuando decía "Que me quieran como soy". No me lo trago ni yo, en serio. Porque soy una histérica, celosa, acosadora de tu vida, que tiene miedo de todas las que se cruzan en su camino, que tiene miedo de lo que le da el espejo, de lo que le da que pensar. Tengo miedo de quererte. Quererte y decírtelo y pensar "Oh. Shit". Porque ahora me ha dado por insultar en inglés, y decir burradas en inglés, porque soy una retrasada, que no se atreve ni a decirse las cosas en su idioma para suavizar un poco el impacto de su propio odio.
Y vale si, hay veces que me siento la reina del mundo. Que me veo preciosa, que el cielo es radiante, que solo me río y me río y me río y de repente agarró el lápiz y escribo la primera letra de tu nombre y me quedo en plan "¿Qué haces?". Y me hace ilusión seguirte en mi mente y todas esas burradas que hacen las chicas enamoradas. Pero yo, NO SOY UNA CHICA ENAMORADA.
¿Sabes por qué?
Porque me vas a hacer daño. Da igual cuando. Da igual cómo. Lo harás. Y lo peor, es que me da igual. Porque tengo que vivir. Vivir es superar el miedo a todas esas rubias bonitas, de ojos increíblemente azules y de cosas de las que yo carezco y lograr mi primer Oscar a mis preciados 23 años para golpear a Pe. Cruz con él hasta hacerla sangrar.
Tengo 16 años, soy una chiflada y me estoy obsesionando contigo, pero tranquilo. No soy peligrosa.