sábado, 17 de diciembre de 2011

*

"Vas a estar bien. Lo sé. Y yo estaré contigo. Siempre. Siempre para ti. Así que prométeme que vas a estar bien. Prométeme que vas a ser feliz. Prométeme que me vas a olvidar. Yo me acordaré de todo por los dos"
Y prometiste. Las dos primeras a la primera. La tercera promesa quiero creer que te costó, porque tardaste más en prometer. Pero prometiste. Y duele. Hubiese preferido que me abrazases con fuerza, para no dejarme respirar. Para ahogarme. Para que me mataras. Para que acabaras conmigo de una vez, rápidamente; no como ahora. Que me consumo a fuego lento, sin pausa y casi sin descanso. Esto se está convirtiendo en una tortura. No sé nada de ti. No sé nada de lo que ha pasado en tu cabeza desde que me fui de allí. A tu lado no deje solo un montón de lágrimas desparramadas por la colcha. En tu almohada dejé todos mis sueños. Entre tus sábanas dejé cada caricia que te debía. En el aire que te rodea he dejado mi presencia. Entre tus libros he deslizado los dedos, para recorrer esos mundo que me habría gustado leer. Entre las hebras de tu cabello he dejado miles de promesas, que iba a cumplir. En tus labios quedan restos de mi gloss rosa con purpurina que usaba cuando nos conocimos. En tus ojos he dejado cada una de mi miradas llenas de ternura. En tu cuello están las marcas de mis mordisco. He dejado dentro de tu cabeza millones de recuerdos y planes. Quiero creer que todas esas cosas que he dejado a tu lado y contigo no las vas a olvidar y me vas a buscar, pero sé que no estarás. Sé que las cosas se han ido fuera  de contexto. Sé que al marcharme dejé claro que las cosas no estaban bien. Siempre decías que si me marchaba, todo se acababa. Y un día incluso dijiste que temías el día que me marchara. Me contabas cosas que nadie más sabía - y que jamás nadie va a saber. Sabes cosas de mí que nunca nadie supo ni sabrá. Y aprendiste a encontrar la paciencia para saber amarme. Y me amaste. Me amas. Y sé que nadie me amará jamás como tu has logrado amarme. Y sé que las mañanas a tu lado en la cama se han acabado. Adiós planes. Adiós tardes a no hacer nada. Adiós críos, y casa de paredes azules. Adiós a la vida idílica que nos prometimos y que queríamos tener. Sé que otra disfrutara de todas esas cosas, que yo pude haber tenido, pero que nunca merecí.
Tengo una cadena de la que cuelga una alianza - Cadenas y Tinta. Tengo una pequeña hoja con bordes irregulares en la cartera, con forma de corazón, que me diste para no olvidar jamás el maravillo fin de semana juntos. Tengo cuatro cartas de Maggic guardadas. Tengo el precioso bolso de las 400 Gallinas. Tengo el fabuloso libro de "Breakfast at Tiffany's". Tengo miles de canciones que me recudan a ti. Que me están matando un poco más. Y necesito tenerte. Recuperarte. Porque tengo miedo de que otra ya halla probado tu boca. Porque me da miedo saber que para olvidarme buscaras a otra. Pero escúchame. Puede que todas ella  sean mejores que yo, pero ninguna te va a amar como yo te amo. Y puede que otra te haga más feliz de lo que yo te hice, pero ellas nunca serán tinta. Tinta que se deslizaba entre tus dedos y pintaba el mundo de infinitos COLORES.

domingo, 6 de noviembre de 2011

Mañana.

No has borrado cada rastro de mi.Tampoco lo he hecho yo. He decidido cambiar algunas cosas ahora. He decidido hacer prioridades. He decidido que quiero escribirte, en caso de que sepas llegar a esto, para decirte que las cosas han cambiado. No, no he dejado de quererte. Y tengo la esperanza de que tu no hayas dejado de quererme. Tengo esta nueva necesidad... Recuperar el tiempo perdido. Tiempo perdido con los demás, pero también tiempo que no me he dedicado. Tengo muchos libros que leer, muchas risas que sacar, muchas palabras que gritar, muchas personas que conocer, muchas cosas que estudiar, muchos mimos que retener, pero más que nada, tengo mucho amor que enviarte. Enviarte a escondidas, y quizás también, ilegalmente. Pero no te olvido. Tampoco pienso hacerlo. Voy a dedicarme a mi, a mis amigos y a tus recuerdos. Tengo la alianza en la mesita de noche, y unas cuantas palabras que quiero soltarte.
He llegado a varias conclusiones, que realmente me encantaría decirte. Conclusiones sobre mi, sobre ti y sobre los dos. Sobre nuestra gran historia de amor. Sobre nuestro gran "¿Por qué?". Sobre nuestro gran momento. 
Te quiero. Ni lo niego, ni lo olvido, ni lo supero. Simplemente eso. Dos palabras, que juntas, forman tantos mundos, tantas ilusiones y tantísimos recuerdos que a veces se quedan cortas para expresar lo que siento por ti No sé si tendré que aprender a vivir sin ti tarde o temprano, pero por ahora... Prefiero centrarme en otras cosas.

domingo, 30 de octubre de 2011

Canciones

... que me saben a recuerdos. A tus besos mañaneros; a tus caricias en las tardes lluviosas - tus dedos recorriendo mi cadera y mi espalda mientras escucho los latidos de tu corazon -; a tus abrazos suaves y ligeros en las noches áridas, los dos bajo la misma manta, entre las mismas sábanas, en el mismo cóctel de cama. Canciones, puramente tuyas, que te sabes de memoria, que tarareas en mi oído, pero que nunca me cantas pero que yo escucho igualmente salir de tu preciosa boca. Canciones, que saben a despedidas; a llantos controlados y heridas mal curadas. Canciones, que hablan de miradas ausentes, de caminos cruzados, de decisiones mal tomadas, y de personas que se han marchado. Canciones, que hablan de tu boca, de tu mirada, de tus dedos en mi espalda pintando una espiral infinita.Canciones, que hablan de mis ganas de llorar, de mis ganas de huir, de mis ganas de matar, de mis ganas de rezar, de mis ganas de escapar de mí y de mis engaños. De mí y de ese odio que me tengo de día y de noche. De mí y del mundo entero, porque nadie entiende esto que yo siento. Porque lo he dejado todo por ti, y no me arrepentiré jamás. Porque Le no me quiere como tu me quieres, y eso me basta. Pero si tu no me quieres... ¿quién lo va a hacer? Si tu no me aprietas y me das seguridad, ¿quién lo va a hacer? Si tu me dejas sola... ¿quién va a estar? ¿A quién voy a acariciar durante la noche? ¿A quién voy a besar con una sonrisa? ¿A quién voy a morder? ¿A quién voy a apretar? ¿A quién le voy a decir "Te amo"? ¿A quién? ¿A quién, si tu ya no estas...? Solo me quedan canciones, una alianza demasiado grande, miles de recuerdos y cientos de miles de ilusiones rotas. Rotas en miles de pedazos. Tan rotas como tu. Tan rotas como el cielo cuando los rayos lo desgarran. Tan rotas como esa cadena que eres tú y ese tintero que era yo.
Hay tres canciones que me recuerdan a ti a todas horas. Una no sé si cantarla ahora, porque quizás sea inapropiada. Porque quizás "Someone like you" es apropiada para dentro de un tiempo. Pero "Duerme conmigo" es simplemente nuestra canción. Y "La vereda de la puerta de atrás" es simplemente mi canción para ti. Porque no sé lo que debo pensar. Tampoco sé lo que quiero. Tampoco sé si quiero esto. No sé si debo seguir, tampoco si estoy estancada. Solo pienso en ganas de dormir, y en el momento en el que estoy en la cama, recuerdo tus brazos apretarme y pegarme a tu pecho, y me entran ganas de llorar, porque por muchas mantas que lleve, tengo frío. Porque no estas. Y me da miedo pensar que jamás volverás. Y me da miedo pensar que no me vas a querer más. Porque si dejas de quererme... ¿Cómo voy a seguir viviendo?


viernes, 28 de octubre de 2011

Cadenas y Tinta.

Se me ha hecho un nudo en la garganta. Se me ha acumulado algo en las entrañas. Tengo una sensación de vacío raro en el pecho. Tengo frío, y por una vez, no tiene nada que ver con que he perdido la sudadera - ironías de la vida, se ha quedado en tu casa -. Tengo canciones en la cabeza. Son todas esas que quería oírte cantar. Son todas esas que me tengo que aprender. Son todas las que me recuerdan a ti, a tu cama, a tu calor, a tus besos. Son todas las palabras que nunca supe decirte; todas las palabras que nunca supe revelarte; todas las palabras que jamás iba a decirte. Esa mirada y esa última palabra me han atravesado. Ha sido como si sintiese la punta del boli bic atravesarme y seguidamente poner sobre mi cabeza "ERROR". No he tenido ni el valor de pararte. Te has escurrido de entre mis dedos y la tinta se ha deslizado hasta mis ojos. He sentido la cadena tirar de los dos y después, he sentido como se rompía. Y te he visto marcharte. Cruzar la acera y subir la calle, mientras yo me he quedado ahí plantada, mirando mis zapatos, pensando que tenía que pararte y sintiendo que jamás tenía que volverte a ver. Sintiendo que jamás debía volverte a mirar. Por vergüenza. Y quizás también porque me odio. Porque antes tu me querías y eso compensaba el odio que me tengo. Pero ahora que no estás, no quedan besos que dar y me duelen las manos, porque ya no podré volver a enredar mis dedos en tu pelo. Esta es de esas veces en las que me pregunto qué será de mi. Qué será de ti. Qué será de la tinta, que ya no le quedan cadenas que la detengan. Así que te has ido. O más bien, yo te he echado. Y aún así, siento esa fina pero fuerte cadena aún en mi muñeca, esa que me unía a ti, pero que ahora cuelga en el aire. Como la tinta cuando se escurre por los bordes de la mesa

sábado, 8 de octubre de 2011

The Mortician's Daughter.

La hija del enterrador. Ya sabes, esa canción que te canté un par de veces mientras caminábamos hacia la Kame, tomados de la mano y mirándonos como dos idiotas. Ya sabes, esa mirada que se me queda siempre que se trata de mirarte a ti. No sé qué ha pasado exactamente, pero ahora mismo siento que esa es nuestra canción y que esa es nuestra historia. 
¿Recuerdas ese "te quiero" que dije en el puente? Me salió del alma. Más bien se me salió el alma con esas palabras. Dijiste que todo había acabado y después me llamaste, y cuando regresé me dijiste que no volviese, porque te habías equivocado. Ahora mismo solo recuerdo el último beso que nos dimos. Era húmedo y desesperado. Tenso, tierno y a la vez tan... extraño. Sabía a sal por nuestras lágrimas, y apretaste mi cara con tus manos para retenerme a tu lado. Dijiste que habías vuelto porque me quieres, y que no importaba todo lo que había pasado. Y yo pensé en hacer lo que me decía el corazón, pero tengo esa culpa metida en el cuerpo. Te dije que si volvía a fallarte yo misma me iría, pero se me ha hecho imposible. Es como si estuviera encadenada a ti. Porque llevo tu nombre tatuado en el alma y quiero llevarlo en la piel. Tu nombre tiñendo la piel blanca de mi nuca, en un mudo y agudo recuerdo de ti; de tus besos; de tu ternura; de tu frialdad; de tu inmenso amor. 
Quiero volver a apretarte. Quiero volver a casa; esa casa que son tus abrazos. Quiero regresar al cielo que es tu boca y quiero volver a perderme en la inmensidad de tu mirada. Quiero regresar a tu calor; a tu cama; a tu pasión; a tu fuerza y a tu amor. Quiero volver a tenerte detrás de mi, abrazándome por detrás, apretando mi cintura, besando hasta hacerme reír y después oírte decir "te quiero" en mi oído, de una manera tan tierna, tan dulce, tan sentida, tan maravillosa, tan tuya, que me estremecía. Que me volvía loca. 
Me vuelves totalmente loca. 
I love you more than I can ever scream. 

martes, 4 de octubre de 2011

*

Se me han trabado las palabras. Estoy haciendo la lista. Se me estan acumulando las pocas fuerzas que me quedan, y tengo ganas de apretarte. Tengo tu chaqueta en la cama de al lado, la he estado llevando hasta hace poco, pero el calor me asfixia, asi que he seguido escribiendo la lista con ella al lado, como si estuvieras tumbado sobre mis piernas mientras acaricio tu pelo; como cuando estamos en tu sofa.
Me estoy acordando de la tarde que hemos pasado. Con muchas emociones, con demasiadas palabras. Con arranques de tos seca, y ganas de estornudar. Con sexo. Sexo. Sexo. Muchísimo sexo. Y una tontería muy tonta que hemos hecho porque yo te he dejado y tú has perdido la poca cordura que te quedaba.
Estoy pensando que tengo miedo de que mañana todo te de igual. Estoy pensando en que te necesito más que a nada. Estoy pensando que me necesitas del mismo modo. Estoy pensando en que por un momento he pensado que ibas a empujarme y al final has tirado de mi. Fuerte. Un tirón decidido, casi dolido. Un tirón que más que arrancarme el brazo, me ha dado la vida. Un tirón que aún me sorprende. Y ver tus ojos llorosos debajo del flequillo fue como abatirme. Te amo. No sé como lo hago, pero solo puedo describirlo como enfermizo. Me quita las fuerzas, el sueño, las ganas de comer. Hace que solo estés tu a todas horas. Es tu olor pegado a mi ropa, tu voz en mi cabeza. Son tus caricias en mi piel, y tus mordiscos en mi espalda. Es tu peso sobre mi mientras estamos en la cama. Es tu sonrisa cuando te digo que no pares. Es tu ternura cuando te digo que eres increíble. Es tu ilusion cuando te digo que tendré a tus hijos. Son tus abrazos mientras caminamos. Es esa seguridad que tienes que me da seguridad a mi. Y no sé. Son tantas cosas que me agobian; que no me dejan respirar.
Muchas veces te digo que quiero que me quieras de la misma manera en que yo te quiero. Creo que ya lo hemos superado. Creo que esto que tenemos ya no es amor. Esto ya es... Indescriptible.
Y te he dicho que me ocuparé de tí. Te he dicho que voy a hacerte feliz. Y lo haré. Porque te lo mereces. Porque nos lo merecemos. Porque no puedo vivir sin ti. Porque curiosamente, tu sin mi tampoco.

domingo, 25 de septiembre de 2011

Two Months

Es raro describir la sensación que me inunda el pecho ahora. Ahora, después de casi una hora desde que me dejaste en la puerta, aún siento esas mariposas en el estómago y tus besos por todo mi cuello. Y parece que tus dedos siguen enlazados con los míos. Te echo de menos. Como si me faltase algo. Y realmente es que me faltas tú. Tengo ganas de apretarte, de volver a besarte. Quiero volver a estar sobre tu cama y acariciar tu pelo. Quiero trazar un camino sinuoso por tu espalda y derretirme en el momento que muerdes mi cuello. Tengo miles de "Te quiero" trabados en la garganta, y no me dejan respirar. Sólo te quiero apretar fuerte. Quiero que notes todo mi amor y toda mi entrega en esos abrazos. Que notes que ya no puedo vivir sin tí. Que te amo a morir... Que me encanta compartirlo todo contigo. Desde tus besos, hasta las tardes tranquilas en la Kame, hasta un simple helado de yogur con pecado de Eva, nueces caramelizadas y nubecitas de colores. Me encanta todo. Besarte después de que me gastes una broma. Sonreírte tiernamente cuando caminamos. Contarte mis secretos, mis problemas, mis dudas. Apretarte contra mi pecho y susurrarte que te quiero más que a nada. Y en el momento en el que me dices "Te amo", con todas las letras y todo el sentimiento, me siento simplemente completa, y me convierto en la encarnación de la alegría y el orgullo. Porque tengo al mejor novio del mundo entero. Porque eres lo mejor de mi mundo. Y te amo. Te amo a morir. Aunque sólo sean dos meses. No importa. El tiempo contigo es simplemente indescriptible...
P.D: Aún tengo tus ojos tricolores taladrandome como sólo tú sabes hacerlo. Gris tormenta, verde menta y marrón chocolate <3



lunes, 12 de septiembre de 2011

Darksoul

Es algo rematadamente enfermizo. ¿Soy la única a la que le falta el aire cuando estamos juntos? ¿Y por qué no puedo parar de mirarte? ¿Y por qué amo la curva de tu hombro? ¿Y por qué me encanta esa cara que pones de interesante con los labios fruncidos? ¿Y por qué me encanta el aire que exhalas cuando te hago suspirar al morder tu piel? ¿Y por qué en el momento en el que no estás a mi lado me siento un poco más hueca? ¿Y por qué? ¿Por qué? ¿Por qué ahora mismo daría lo que sea por poder estrecharte entre mis brazos? ¿No te mueres de ganas de tenerme de nuevo sobre tu cama, jugando con tu pelo mientras te miro? Echo de menos tus dedos recorrer algún camino sobre mi piel. Echo de menos oírte decir alguna tontería. Necesito un beso tuyo. Necesito volver a sentirme yo. Cuento las horas que quedan para tenerte. Y en el momento de besarte podría decirte miles de palabras, como esta mañana, pero es que se me atascan todas en la garganta. Todas se traban en mi lengua y no me dejan respirar. Y sólo te puedo mirar. Y sólo te puedo adorar un poco más. ¿Qué más da lo que dejo atrás si te tengo a mi lado? ¿Qué más da las personas que me fallen o a las que pueda fallar si estás tú en algún lugar? ¿Y qué importa lo que venga si tú me vas a besar siempre que te lo pida? Ya no importa si el cielo se resquebraja en miles de trozos. Ya no importa si la tierra se abre o si el mar se seca. Ya no importa si las estrellas se desploman, si el sol se congela o si la luna empieza a arder. Ya no importa nada de eso, porque ahora estás tú. 
Darksoul... Alma oscura. A veces parece que eres tan oscuro como la noche y tan frío como un iceberg, y aún así, tienes la sonrisa y la mirada más brillantes que he visto jamás. Tienes la piel ardiendo cuando te beso en mitad de la noche. Y el aire que exhalas parece vapor cuando te muerdo el cuello. Quemas. O quizás sea yo la que se consume en fuego por tenerte. No lo sé. Pero tu oscuridad con sonrisa y ojos brillantes me está abrasando. Me quiero dejar consumir poco a poco, o espontáneamente, no lo sé. ¿De verdad importa?
Hay una canción, de esas que me sé de memoria ya, de tanto escucharla, que me recuerda a nosotros. No sé en qué le veo el parecido, pero está ahí, y lo veo. Y lo vivo y lo siento. Lo escucho y lo vivo. Porque quizás tú seas para mí lo que es Nebraska para Lady Gaga. No lo sé. Sólo sé que contigo, las palabras siempre me faltan, y me vas a volver loca. Porque a veces cuando te digo que te quiero, siento que me estoy quedando corta. 

martes, 30 de agosto de 2011

Jln


¿Cómo se puede llegar a querer a alguien de una forma tan sincera y tan devastadora? A veces no encajan las palabras y sólo importan las acciones. Es la manera de acurrucarse a mi lado; la forma de colocarse de manera a poder abrazarle. Es su voz grave pero aterciopelada, y ese suspiro entre dientes que me eriza la piel. El cabello suave sobre la frente que no me deja ver sus ojos. Los labios fruncidos pidiendo un beso. La sonrisa ladeada. La manera de tomar mis dedos. Cómo hunde la nariz en la curva de mi cuello. Los dedos recorriendo mi cadera. Los labios debajo de mi oreja. Su risa por cualquier tontería. Su seriedad. Su manera de mirar. Tiene detalles tiernos que me derriten; cosas simples que para mí son una manera tan clara de decir "Te Quiero" que sólo logra enamorarme más de él .No me explico todavía cómo ha sido. No encuentro una explicación lógica. No he dejado caer las barreras, pero ha logrado atravesar las más difíciles. Ha logrado con una sonrisa y unas cuantas palabras volver a hacerme sentir bien. A veces importa el pasado, pero nos interesa más el futuro. Y pensamos muchas cosas, esperamos muchas más. Tengo una extraña ilusión por tener una familia, creo que comparte el deseo de tener el mismo hogar que yo. Y le quiero. Le quiero hasta quererme morir. Le quiero en sus silencios, en sus risas, en sus enfados. Le quiero en todo momento. Con su nombre completo o con esa manía mía de eliminar las vocales. Con su ceño fruncido o con sus bromas. Serio o divertido. Sobrio o ebrio, ¿qué más da? Siempre será él esté como esté.
Julian Darksoul<3

jueves, 11 de agosto de 2011

J.

Es su sonrisa de lado. Su mirada verdosa, que me recuerda a las plantas que crecían sobre las paredes de una de las residencias de Cambridge. Es su manera de hacerme reír con nada. Su forma de abrazarme y luego reírse, porque soy tan pequeña que puede abrazarnos a los dos a la vez. Es su forma de mirarme desde arriba y luego darme un beso. Es su forma de mirarme desde abajo y pedirme un beso. Es la forma que tiene de apretar mi mano. Su manera de abrazarme, elevarme y hacerme girar en el aire. Cómo me coge como si fuese una muñeca para sentarme sobre sus piernas. Cómo abraza mi cintura y apoya la barbilla sobre mi hombro, haciéndome reír porque tiene que agacharse mucho para llegar. Su sonrisa tierna cuando le miro mucho rato. La suavidad de su piel. Cómo se estremece cuando acaricio sus brazos. Su risa cuando decimos algo estúpido. Esa voz suya que pone aún más grave cuando hablamos de su futuro. Esa emoción que le embarga cuando habla de lo que llegará a ser. Esa forma de patear todo lo que encuentra en una acera. De morderme los brazos. De hacerme cosquillas sin apenas saberlo. De hacerme sentir única. De escuchar lo que digo y luego decirme "¿Qué dices?". De cómo canta por la calle. De cómo mueve las manos como si tocase la guitarra, porque sabe tocar esa canción, y arrastra mi brazo con el suyo porque no me suelta ni para eso. De cómo hace espavientos en el aire con las mano, arrastrando nuevamente una de las mías, porque aún no me ha soltado.De cómo me aprieta fuerte contra su pecho, y puedo sentir cada latido suyo. De cómo me pregunta qué vamos a hacer. De cuando le canto al oído cualquier tontería. De cuando apoya la cabeza en mi pecho y me deja hundir los dedos en su cabello. De cómo aprieta mi cintura. De cómo me mira directamente a los ojos. De cómo me hace querer morir en el acto cuando sonríe. De cómo sopla sobre mis labios antes de besarlos. De hacerme sentir tan perfecta. Tan querida. Tan especial. De quererle. De quererle tantísimo que él se ha convertido en todo lo que quiero para mí, para siempre. De quererle tantísimo que a veces los "te quiero" no me bastan
Le quiero tantísimo, que no dudo en pensar que él, es lo más bonito de mi vida. Porque no hay nada más bonito que lo que él me da y me hace sentir. Nada...

viernes, 5 de agosto de 2011

Skyscraper.

Me he perdido en una melodía continua. Parece que la letra la he escrito yo, porque es como si te estuviera cantando a ti. A veces siento que estoy hecha de cristal, y que me vas a resquebrajar. A veces parece que soy de papel, y me vas a desgarrar. Y sin embargo, pese a ese poder sobre mí que tienes, me quiero mantener en pie. Quiero tocar las estrellas, y sin embargo, prefiero tu pelo. Me gusta hundirme en el mar, y mirar los peces deslizarse por el agua, pero prefiero lo profundo de tu mirada. Y a veces me pregunto qué piensas. A veces me pregunto si piensas que soy bonita; o si tengo una sonrisa singular. A veces me pregunto si te fijas en mis gestos del mismo modo que lo hago yo con los tuyos. Y me siento como un rascacielos; imponente, firme, grande y lustrosos. Y sin embargo mis cimientos son tan frágiles cuando se trata de ti. Es como si por cada palabra que dices una viga de mi interior se tambalease. Y al final me acabare derrumbando. Irónica; sórdida; sarcástica; mala; psicótica; paranoica; celosa; cruel; fría; cálida; simpática; temerosa; segura; orgullosa; arrastrada; singular; gritona; callada; retorcida; natural; dormida; sonriente; llorona; encerrada; libre; soñadora; madura; irresponsable; testaruda; risueña; tierna; cariñosa; amorosa; pasional; sincera; mimosa; melómana; devoradora de libros; escritora empedernida; traviesa; atrevida; pervertida; retorcida; pedida; odiada; querida; amada... Da igual cómo sea. Da igual cuántas caras tenga, si no es para compartirlas contigo. Ya no quiero quererte, y lo hago. Enfermizamente. Te has colado en mis huesos, has desgarrado cada barrera y has atravesado mi alma. 
Me he hundido en un par de melodías, todas parecen hablar por mí. Hay un vacío en mi pecho, como si de alguna manera hubieses arrancado algo. Yo no quería que pasase. Sabía que podría ocurrir, pero no quería. Pero no sé qué era; si era tu sonrisa torcida o tu pelo sedoso. No sé si era tu manera de hablar, o tu manera de morderme el labio. No sé si era porque me confiaste cosas o porque simplemente me escuchaste. No sé si es porque me separaste de mi pasado y me pegaste a tu mirada, pero me has enamorado. Con tu forma de mirarme. Y esos abrazos tan cálidos. Esa forma de hacerme sentir pequeñita pero especial. O esa forma de hacerme reír como una tonta enamorada. Una tonta enamorada. Yo. Que prometí que no volvería a reírme así, como una niña, lo vuelvo a hacer. A reírme de forma tonta porque la gracia tiene que ver contigo. Y cuando pienso en como abrazaste mis piernas y apoyaste tu frente sobre mi, tiernamente, dejándome hundir los dedos en tu pelo. Y cuando pienso en tu manera de agarrar mi cintura y elevarme hasta ponerme sobre tu hombro. Y cuando pienso en tu manera de mirarme, con algo de ternura, o simple cariño; o quizás algo de amor... Me dan ganas de reír y llorar. No tengo prácticamente nada que darte. Quizás un par de sonrisas, una caricia y algún beso. Quizás tres días en la cama, jugando como si fuesemos niños. Quizás cartas escondidas por tu cuarto. Quizás algún sign; o alguna canción. Quizás una sorpresa, como alguna visita inesperada. Quizás un beso en la frente para darte ánimos. Quizás podría haber apretado tus dedos, en una muda manera de decirte "te quiero". Quizás te habría robado un par de camisetas. Quizás te habría hecho fotos dormido. Quizás habría llorado alguna vez delante de ti; o alguna vez fingiese una sonrisa. Quizás te habría mentido sobre un mal día que he tenido. 
Así que me quedan un par de canciones. Unas cuantas palabras. Cientos de recuerdos. Y miles de ilusiones. Tengo muchos planes; metas y carreras que ganar. Tengo ganas de vivir, de dejar de ser la oveja negra de la familia, y despegar. Tengo ganas de echarme la mochila al hombro y largarme. Un par de libros, unos cuantos discos, algunas fotos y una sonrisa. Pero ahora que no podré irme con tu mano agarrando la mía como tanto ansío, supongo que me iré con menos peso, pero también, sin tanto amor. 

domingo, 24 de julio de 2011

Humanidad.

Con una palabra de más. Y a mí sólo me quedó gritar. Primero de sorpresa, y creo que luego, sólo me dejé llevar. Cuando dejan sin una palabra que encaje, de una forma brusca y casi violenta, es cuando se suelen plantear ciertos puntos. Y cuando la duda asedió, la pregunta surgió. Y me golpeó cada instante, dejándome más confundida. Si sobraba, si ya no encajaba, había tantas maneras de decirlo. Había tantas maneras de salir de ésta. Era como ahogarse en un mar de burbujas. Era como si por mucho aire que cogiese, no me llegase a los pulmones. Era como si por cada letra recibiese otro golpe. De sentirse tan pequeña, tan inútil. De saber que no le gustas porque simplemente encajas en ese mundo tuyo, dónde todo se puede con un mínimo de esfuerzo. Como si de repente hubiese dejado de darle sentido a su vida aunque nunca se lo dí. Y preguntarse a cada instante si alguna vez importó lo que sentía; lo que quería. Si alguna vez importé yo.

miércoles, 20 de julio de 2011

Buscando

Algo que me entretuviese de tu repentina ausencia, he encontrado una estúpida canción que sólo me recuerda el verde tu mirada. Verdor que se me asemeja a las hojas de un árbol que rozan los rayos del Sol. Verdor que me recuerda la tierna hierba en la que me tumbaba, pensando en ti. Verdor que me recuerda el frescor de la menta, que se me asemeja tanto a tu manera de ser. Verdor que me enajena. Verdor que me ha hecho caer en el pozo oscuro que son los recuerdos atascados en la garganta.

lunes, 18 de julio de 2011

Dentro.

En un cúmulo de dolores, risas y llantos. Dentro de un remolino de suspiros. Dentro de una espiral de añoranza. Dentro de un nuevo mundo que me ahoga y en el que estoy perdida. Dentro de mí, simple y llanamente. Metido en mi piel, debajo de cada fibra. Metido en mi alma, entre cada voluta de humo. Metido dentro de mi pecho, ocupando el lugar de mis pulmones. Dentro de mi voz, saliendo a borbotones. Te llevo dentro. Metido en cada resquicio de mi cuerpo. Como si ya no hubiese espacio para mí. Como si yo ya no fuese dueña de mí misma. Como si ya nada tuviese sentido. Como si tu lo controlases todo. Como si cada gesto fuese creado para ti. Como si cada mirada te buscase. Dentro. Dentro. Tan dentro que duele. Tan adentro que ahoga. Tan adentro que me hace llorar. Llorar porque es infernal. Llorar porque eres mi propio demonio, y aún así, te quiero
Quererte. Quererte es como amputarme algo. Quererte es como tirarse de un acantilado. Quererte es como infravalorarse cada instante. Quererte es querer estar pegada a un teléfono las veinticuatro horas del día. Quererte  es no querer ver el sol si no estás debajo. Quererte es no querer hablar si no es para decirte cualquier cosa. Quererte es tener miedo de tus silencios. Quererte es tener miedo de tu indiferencia. Quererte es destrozarse. Quererte es ser masoquista.
No me encajan las palabras. Me sobran y me faltan. Se vuelven transparentes. Y a veces es como si me asfixiasen. Hay mañanas que quiero gritar. Hay noches que me atraganto. Son días de oscuridad y noches de pura luz. Son llantos que controlo. Son ganas de reír. Son ganas de olvidar. Son ganas de decirte que te quiero y callarlo. Son ganas de amarte. Amarte simple y llanamente. 

jueves, 14 de julio de 2011

¨

Y si... ¿Y si me hundo entre las notas de un violín? ¿Y si me desvanezco en el aire? ¿Y si te acaricio desde lejos? ¿Y si te sueño entre delirios? ¿Y si te veo entre la masa? ¿Y si mi besos llegan hasta tus labios? Déjame. Déjame sentirte. Déjame. Déjame tocarte. Déjame vivirte. Tengo tus palabras atrancadas en la garganta. Tengo los recuerdos vividos en la mirada. Te siento. Te veo entre sombras por la noche y trato de sentirte a mi lado. Es ridículo; es descabellado, pero si me dejases; si me dieses una sola oportunidad, me enamoraría perdidamente de ti. Te apretaría contra mi pecho, para fusionar mis latidos con los tuyos y finalmente te rogaría - te suplicaría - que me quisieras. 
"Quiéreme... Ámame... Sólo un poco..."
Y es en esos arrebatos de locura que me dan que me imagino entre tus brazos, susurrándote cualquier palabra. Se me ocurren cientos de canciones que cantarte al oído. Se me ocurren miles de escenarios, donde hundo mi rostro en la curva de tu cuello y mis dedos recorren tu brazo, haciéndote temblar. Ese olor a sándalo que siempre llevas pegado a la piel, que se traspasa a mi ropa y me hace morir. Esas raíces en tus pupilas del color de la menta. Esa manera de sonreír cuando no te doy un beso. Esa manera de sonreír cuando me divierto a escurrirme entre tus dedos - Como el aire entre las hebras negras de tu cabello... -. Esa manera de caminar a mi lado, moviendo las manos sin parar, mirándome de reojo - Matando cada fibra de mi ser. 
A veces, en esos momentos de paz que nos rodean, mientras acaricio tu nariz con la mía en un gesto tierno y tus manos me aprietan con suavidad, pienso que esto me va a matar. A veces, cuando muerdo la piel bajo tu oreja, me dan ganas de llorar por la manera que tienes de deslizar tus dedos de mi nuca a mis labios, pidiendo un beso. A veces, cuando me miras a los ojos, te suplicaría una mentira.
"Dime una mentira sobre mí. Sobre nosotros."
Y me aferraría a tus hombros, enterraría mi rostro entre tu cabello y te lo suplicaría una y otra y otra y otra y otra vez.
"Miénteme... Miénteme... Miéntenos..."
Quiero gritar tu nombre. Quiero enlazarlo con el mío en el aire. Quiero tatuarlo en mi piel del mismo modo que lo está en mi corazón. Tengo tu esencia debajo de la piel; paralo antes de que se me cale en los huesos, porque si entras hasta el fondo de mi cuerpo, alcanzarás lo que yo misma me estoy prohibiendo. Amor; amor; amor. Tengo metido en la piel cada una de tus caricias. Tengo entre mis labios cada uno de los gemidos que depositas en mi boca. Tengo aún el sabor de cada una de las partes de tu piel

domingo, 10 de julio de 2011

~

Es como "Where is him?". Como si el mundo se acabase a cada segundo, a cada instante. Es como que me faltas a cada segundo, a cada momento. Es una especie de momento de paz y sosiego que me coge la garganta y no me deja respirar. Es como quererte y no tenerte. Como quererte y sentirte. Es como quererte y verte en cada esquina. Es como quererte y querer creer que tu me quieres. Es como querer compartir cosas contigo. No soy de hijos y matrimonios, pero quiero creer que yo puedo ser la persona que pueda compartir eso contigo. Hijos. O lo que sea. Te quiero. Es estupido y no me gusta. Es estupido y no te gusta. Es estupido, no tiene sentido y ademas, me hace sentir como una cria, y sabes que odio sentirme como una cria.
Es como... Awwwwww... <3
Como estar jodidamente enamorada. Enamorada de ti. Simplemente de ti. De tu manera de mirar. De tu manera de vivir. De tu manera de sentir. Tu manera de besarme en la cabeza porque soy demasiado enana y no llego a tu boca sin ponerme de puntillas. De tu manera de pedirme un beso tontamente con una media sonrisa. De decirme que soy adorable y que te encanta mi sonrisa. De decirme que soy perfecta. Y aun asi, no decirnos "Te quiero" sin parecer dos gilipollas. Cada vez que te lo digo, es como si todo tuviera sentido de repente. Como si tu hicieras que todo tuviese sentido. Es como que...Tu eres eres lo que me hace... Sentir...

miércoles, 29 de junio de 2011

Estribos

Perder la cordura un segundo y ponerte a explorar tu mundo. El mío es un desierto tórrido, con dunas de suave y dorada arena, bordeado de glaciares cristalinos y quebradizos. Estoy enamorada de ti, y eso sólo hace que los glaciares se derritan y el desierto quede expuesto. Y cuando puedas entrar, ¿qué será de mí? ¿Dejaré que pises la pulcra arena, dejando tus pasos en mi piel? Dime una mentira sobre nosotros, yo me encargaré de mentirte. De mentirte sobre tus besos; sobre tus caricias. Mentirte sobre lo que eres para mí y lo que quiero ser para ti. Es como si de un momento a otro pudieses sacar un lanzallamas de detrás de tu espalda y destrozar los glaciares, dejando el camino libre hacia las dunas suaves y doradas que se han convertido en lo que soy. De piel caliente, mente ardiente y alma calzinada. Devorada por un fuego indescriptible, que se traga todo lo que no soy. Y pensar cada mañana si esto merece la pena. No me tengo que esconder, pero hacerlo me hace más preparada. ¿Quién me asegura que ese que hace poco me sonrió con un rubor en las mejillas diciendo palabras dulces no me estaba mintiendo? Yo no busco palabras bonitas que creer, para eso me las puedo inventar yo, lo llevo haciendo años. No busco nada ni nadie, soy una mujer determinada ~Y aun así te sientes sola~
Pierdo los estribos cuando me miro en el espejo, porque mi piel, de tanto ser ignorada se está volviendo virgen de nuevo. Pierdo los estribos cuando me miro en el espejo, porque mis ojos han recobrado el brillo enamorado, y me dan ganas de vomitar. Pierdo los estribos al recordarte, porque me siento como una cría contigo. Por eso a veces me pregunto si no sería más fácil dejar que entres en el desierto y te dejes consumir en el fuego de mi caliente, ardiente y calzinada mente perversa

domingo, 26 de junio de 2011

*

Así que me tienes obsesionada. No paro de pensar en tus manos recorriendo mi piel, en una caricia lenta y sinuosa, trazando dibujos. Oh Dios, ¿Dónde están los destellos verdes como la menta de tus ojos? Los busco en cualquier mirada. ¿Dónde están los hoyuelos en tus mejillas, que salen cuando ríes? Los busco en cualquier carcajada. ¿Dónde está tu sonrisa de medio lado? Esa que sale cuando te digo que quiero que me des un beso. La busco en cualquier rostro. ¿Y tu piel? Blanca y cremosa. ¿Y tu calor? Que me quema en la distancia. Cariño, no te encuentro en ninguna parte. Necesito buscarte, necesito encontrarte. Necesito tenerte. De cualquier forma, en cualquier momento. Oh cielo, tengo tus manos aún apresando mi cintura, apretándola mientras hundes tu boca en la curva de mi cuello. Tengo tus dientes mordiendo mi hombro y una de tus manos apresando la mía, en un gesto tierno. Tengo aún tus besos quemándome los labios. Esos besos tan tiernos y a la vez tan... Tuyos... Que me excitan y a la vez me enternecen. Esos besos en los que me pierdo y que hacen que sólo pueda hundir mis dedos entre tu cabello - negro, suave y lacio - y decirte al oído que me gustan tus labios, para después deslizar los míos por la curva de tu mandíbula y apresar entre mis dientes la carne tierna de tu cuello. 
Volverme loca entre tus brazos y hacerte reír. Encontrar cosquillas y obligarte a escucharme. Cantarte al oído y acariciar tu pelo. Decirte que mañana te echaré de menos. Mentirme; morderme la lengua y pensar que decirte que te quiero solamente me hará llorar. Mentirme. Sólo mentirme a mí, porque decirte una mentira a ti es demasiado difícil. No sé cómo lo haces, pero siempre logras saber lo que pienso. Siempre sabes cuando te voy a pedir un beso. Siempre sabes el momento en el que quiero un abrazo. Siempre sabes cuando prefiero la media sonrisa o esa preciosa sonrisa completa, que me quita el aliento
Realmente... Siempre es tu sonrisa la que marca la diferencia...

miércoles, 8 de junio de 2011

¨

Quiero -exijo- que alguien me mire y me diga qué ve. Últimamente me miro y no me reconozco. Pienso en recuerdos de hace poco, que me parecen tan lejanos que a penas logro alcanzarlos con la punta de mis dedos. Siento la presión en mi pecho, y a veces es como... Como si ellos me atrapasen en sus redes. Hacen que me retuerza, tratando de liberarme de la sensación de desasosiego. Soy una mujer manipuladora. Soy controladora. Soy obstinada. Soy mandona. Nadie alza la voz si yo puedo hacerlo más fuerte y del mismo modo que hago florecer sonrisas con un "Te quiero", puedo cortar cabezas con una mirada, o escupiendo palabras que son verdades como puños. No soy diferente a la realidad, simplemente soy... 
Bipolar.
Porque durante un momento, doy amor por doquier, y regalo besos, y sólo quiero reír y reír. Y solo doy amor con los ojos; juego a atrapar palabras y recuerdos, que se balancean en la brisa del próximo verano. Y del mismo modo, unos segundos después, nadie me puede tocar. Porque del mismo modo que antes era el sol, puedo ser la luna, fría y blanca. Helar la sangre... Helar la sangre de cualquier crío en algún pasillo, mirarle desde mi altura con ojos fríos y ver como tropieza con sus propios pies, es un placer casi mórbido.
Soy cruel. 
Una vez dijeron de mí, que amarme era como intentar atrapar el aire con las manos. Y saber que escapaba de las manos de aquel hombre que tanto me había torturado, era algo que me encantaba. Había escapado, y le volvía loco que me fuese así, como un suspiro exhalado en el Nirvana. Le volvía loco de rabia e impotencia saber que yo era la más tierna brisa de verano, con punzadas del frío del Invierno.
Y amé saber que le había marcado tanto. 
Y ¿quién sabe? Me ahogo en palabras de amor propio. Porque soy bonita. No soy preciosa. Ni mucho menos hermosa. Pero tengo una sonrisa segura, y unos ojos que se derriten como el chocolate y que de repente, se vuelven el más duro caramelo. Aunque nunca pierden su dulzor. He aprendido a cerrar mi alma a cal y canto en un segundo y sin embargo, no logro dejar de dar amor con la mirada.
Porque por muy fruncido que tenga el ceño, siempre seré horriblemente maternal y trataré a todos como crío irresponsables. Siempre me voy a poner de ejemplo para las cosas malas, cuando también he hecho cosas buenas. Soy una maldita zorra egocéntrica. Soy frígida y tierna a la vez. Alzo la barbilla mientras camino, porque sé que tengo derecho a hacerlo. Me regodeo en mi propio placer morboso y auto-suficiente. 
Me he convertido en dos personas.
Una que me gusta, otra que adoro. Me quemo y revivo una y otra vez entre miradas tiernas y miradas frías. Me quemo las manos en caricias imaginarias, porque no olvido la suavidad de su cabello negro. Así que castigo mi piel cerrando los puños. Y me abrasan los ojos porque quiero mirarlo con ternura, así que vuelvo las pupilas frías, para ser altiva y aristocrática, y enfundarme en un traje que no es el mío, pero que le he tomado prestado a la zorra que vive dentro de mí.

lunes, 6 de junio de 2011

Hun~dir~se

Entre los pensamientos sin ningun sentido que surgen así como así en medio de la noche y decirte, responderte, exclamarte
"¿Qué está pasando?"
Esas noches en las que te despiertas de repente, asustada y con el corazón a punto de salirse de tu pecho; angustiada y asustada proque algo ha dejado de tener sentido. Algo ha dejado de encajar. O simplemente tú, has dejado de estar siguiendo la corriente, y entre sueños, tú has cambiado y has dejado de encajar con el mundo.
Ver fotos de la infancia, siempre es divertido. Hacerlo sabiendo que la mayoría de esos recuerdos están en otra parte, a la que no volverás hasta dentro de mucho tiempo, es como si te impidiesen volver a casa. 
Quiero volver a casa.
Quiero volver a jugar debajo de los pequeño arboles de la terraza de mamá. Quiero volver a jugar en mi enorme cuarto, con mi propia biblioteca hasta arriba y un bonito escritorio. Quiero volver a la escuela de antes, con mis amigos de antes, con los juegos de antes.
Quiero volver a mi vida de antes.
Tengo este sitio donde vivo atravesado en la garganta. El aire solo huele a mar, mientras que en casa, siempre olía a mar, a mimosa, a cerezo, a almendro, a tierra mojada y hierba recién cortada. A mamá se le pegaba el olor de los geranios en la ropa
Y cuando la olía me sentía mejor.
Todo se ha vuelto monótono. Levantate, haz el café, arréglate, haz la mochila, sal, camina, llega antes de tiempo a la parada, espera, saluda, rumbo a clase, aguanta durante seis horas a gente a la que no puedes ni ver y aguanta el impulso de no pegarle una bofetada a uno de los que te maltrató en el colegio y te volvió una niña llorona y asustadiza. Aguanta. Aguanta. Aguanta. Hasta volver a casa y abrazar a mamá, que ya no huele a geranios.
En días como hoy, días después de haber visto mi alegría en la casa que conocí casi toda mi vida; la casa que mamá decoró con tantas ganas, y dónde yo crecí; me dan ganas de llorar por cualquier tontería. Porque quiero volver a casa. Quiero volver a casa.
Éste no es mi hogar.

viernes, 3 de junio de 2011

Crash

El cristal reventó y al final, yo exploté.
Tengo que huir. Tengo que salir de aquí. Tengo que escapar. Me estoy ahogando.
Parece que ya sólo hay devastación. No encuentro el lugar. No hay hogar. Algo ha reventado dentro de mí; algo ha apagado el fuego del hogar; algo ha helado la sangre; algo ha partido mi destrozado corazón en algo más que no puedo definir.
Me he hundido en un ¿por qué? continuo. Me he dormido en un campo de flores, y he despertado en el tórrido desierto. ¿Dónde estás? ¿Dónde estás? ¿Dónde estoy?
No hay palabras que me alivien. No abrazo más, porque el peso de la gente me ahoga más que el mío. No lloro. Ya no hay lágrimas. Ya no hay picor en el lagrimal. Ya no hay gritos que sacar porque la garganta está anudada. Y sólo puedo pensar, irremediablemente, que daría lo que fuera por sentir las manos grandes tocar mi pelo, hundir los dedos en su piel y dejarme recorrer.
Quiero dejarme amar. Quiero dejarme querer. Tengo que volver a sentir.
Si tengo que ser cruel, seré cruel. Si tengo que ser frígida, lo será más que nadie. Si tengo que mirar al mundo por encima del hombro, directamente, no miraré a nadie.
Tengo que pisar a aquellos que me quieren pisar. Tengo que superarme. Tengo que ser la mejor. Tengo que ser mejor de lo que soy.
Da igual si parece que estoy muerta. Dentro tengo un corazón enfermo que late. No late por nadie, pero latirá hasta que a mí me dé la gana. Tengo una mente nublada, que pensará hasta que a mí me dé la gana. Tengo un sueño que cumplir y que pienso tener entre mi manos. 
Tengo gente mala a la que patear antes de que me pateen a mí. 
Tengo que demostrarle al mundo que soy buena. Que soy buena en todo lo que me propongo. Tengo que demostrar que no soy la oveja negra. Tengo que demostrar que sirvo para vivir en este mundo. 
Y lo demás, los demás, no me importan nada. 
Sólo importo yo. Mi mundo y yo.
Mi mundo que todos los días hace Crash, pero que logro volver a pegar.

lunes, 30 de mayo de 2011

Orgullo

Destrozarse y sobrevivir a tí misma. Destrozarse y seguir. Anoche no dormí nada, centrada en las páginas de un libro viejo, que encontré por ahí tirado, en uno de mis cajones; releyendo sin cesar una de las frases que se encontraban en la página número trescientos ochentainueve. 
"Amarte es como morir. Pero dejarte marchar sería enterrarme viva"
Esas diez palabras, separadas por un miserable y grueso punto, parecían haber pulsado un botón dentro de mi mente, y fue como volver a un año atrás. 
Tumbada sobre la cama, enterrando las uñas largas y pintadas de negro en las sábanas, desgarrándolas frustradamente, como si me arrancase la piel, apretando los dientes, porque era de las pocas formas que tenía de no gritar.
Amar. Amarle era como volverme loca. Era como infringirme yo misma el mayor de los castigos. Porque él me menospreciaba y me culpaba de cosas que yo no entendía, pero yo asumía la culpa plenamente, segura de que era cierto; segura de que yo merecía el insulto que me había dicho horas atrás.
No sé si eso que dicen que el amor vuelve idiota es cierto; pero si sé que te deja ciego, y más aún, que te convierte en un auténtico masoquista. Yo le quería, y no veía el horror que causaba al rededor de mí por ese tonto sentimiento. Sólo importaba las consecuencias que habría en él y en mí. Yo le quería, y no veía el horror de mi cuerpo, más delgado por la falta de comida, más pálido, más herido. Demacrado por los intensos arañazos que me daba por las noches en las que él, había vuelto a ser brusco y había vuelto a darme miedo
Así que me enterraba en las sábanas, escuchando siempre la misma canción, que me recordaba a él - porque era como si le hablase a él, aquella voz de mujer, acompañada de una suave guitarra. Y por cada nota tenue del instrumento me encorvaba más en mi lamento, convirtiéndome en una bolita , enredada en sábanas rotas. Gemía adolorida porque era como si me arrancasen algo del pecho. Gemía adolorida porque cada caricia me quemaba. Gemía adolorida porque deseaba ser fuerte, pero era una cobarde, y me escondía cruelmente bajo una máscarade indiferencia cuando nos cruzábamos en un pasillo. 
Cuando la mujer de la canción preguntaba si habría alguna posibilidad de ser feliz, yo contenía un grito, y al saber que pronto se abriría paso por mi garganta, enterraba la cara en la almohada, y lo dejaba salir, apretandom mis manos en mi cabello, lastimando y llorando, porque le quería.
Y le quería más que a mi vida. Más que a nada.
Y lo demás, daba igual.
Aun así, llorar desconsolada, arañandome y odiandome, era una cosa con la que aprendí a convivir, proque si no me castigaba yo misma, sabía que lo haría él, con palabras hirientes y miradas frías, que congelarían mi alma, pero no por ello congelaría ese sentimiento, que me carcomía las entrañas, el pecho y la cordura. 
No sé cómo, corté el problema de raíz. Una mañana me decidí a no volver a hacer aquella barbaridad masoquista, y lo eché de mi vida, sin piedad ni miramientos, esperando convertirme en la mujer orgullosa que realmente era. Pero, ¿dónde quedaba el orgullo después del acto que hice? Me había dejado avasallar, dominar y ultrajar, por él, y por mí misma, en un bucle infinitos de dolor y angustia, que me prometían amor y respeto. 
Busqué el orgullo en otras camas, y lo perdí todavía más. 
Y ahora me he dado cuenta de una cosa. Una cosa tan simple, pero tan devastadora, que ha cambiado mi mundo, de nuevo. 
El orgullo se pierde, pero no se recupera; se vuelve a hacer.
Así que, alzando la barbilla orgullosa, y caminando mirando al frente, me he abierto paso entre la gente que me rodea esta mañana, en uno de los pasillos demasiados cargados de hormonas; y me he sentido bien. Me he sentido digna de mí misma, y no he podido evitar sonreír. 
Porque él no estaba al principio del pasillo para mirarme, y no necesitaba tenerle a él para tener dignidad.

martes, 24 de mayo de 2011

Tiempo

Desvanecerse entre las nubes del pasado, y enredarte en las notas de tu canción preferida; enamorarte de alguien inalcanzable, sólo por sentir y sumergirte en palabras que dijiste, mirando por la ventana un martes a quinta hora, sonriendo, escuchando cosas sueltas, y tratando de no llorar. Saber; darte cuenta realmente, de que aquello, todo eso, fue un error más que te ha hecho fuerte. Más fuerte que nunca.
Te quiero; te quiero más de lo que ninguna te va a querer jamás. Recuerdalo.
Y tú sabes que lo hice, y que te quise más que ninguna. Porque por ti he hecho lo que muy pocas habrían sido capaces de hacer, incluso por amor. Y pensando en todas esas palabras; pensando en esas promesas que nunca cumplimos; recordando las mañanas de primavera, con el aire perfumado a mar y flores, en el que dibujábamos planes de futuro con sonrisas en nuestros labios, que borrabas a besos tristes que yo trataba de esconder bajo mentiras y falsas ilusiones. Porque me decías lo que quería oír, pero sonaba a veces tan vacío, que tenía que repetir tus palabras para creérmelo. 
A veces escucho el piano, esas melodías que tú me dedicabas, y ya no me duele, y ya no sonrío embelesada. Así que he superado lo nuestro, después de dos años. ¿Quién me lo iba a decir cuando hace un año yo te adoraba y besaba el suelo que pisabas? ¿Quién te iba a decir a ti que, finalmente, tú perderías algo más que una mujer? ¿Quién me iba a decir a mí, que encontraría algo mejor, algo por lo que luchar realmente y que me emocionaría sin ni si quiera una mirada? Porque él me emociona con el simple hecho de existir. Quién sabe si lograré quererlo del mismo modo que te quise a ti; pero averiguarlo no es algo que me moleste. 
Así que casi un año después de dejar nuestra historia aparcada en el pasado, me he descubierto rememorando nuestras locas aventuras en las escaleras; en las esquinas de los pasillos; las miradas furtivas y las manos que se deslizaban entre la gente, para rozar algo de piel, para dejar un rastro de amor. Y hoy sonrío un poco, porque aquello estuvo bien. Pero sólo queda el recuerdo. Ya ni siquiera un poco de amor. Ni algo de ternura. Sólo recuerdos que me han marcado, porque me han convertido en lo que soy ahora: un poco menos niña, algo más mujer. Lo que siempre he querido ser. Ésta vez, sin ti; sólo acompañada de canciones de Tom Felton; fantaseando con el morbo que me da Draco Malfoy, y enamorada -perdidamente enamorada- de un hombre maravilloso, de oscuro cabello, ojos profundos y hermosas y con una sonrisa que lo borra todo. Con esa voz que a mí me encandila y con ese todo que eclipsa el nada que tú me dabas

jueves, 19 de mayo de 2011

Puedo

Puedo ser lo que quiero ser. Puedo ser la novia de Tom Felton cuando me dé la gana. Puedo aprender a tocar la guitarra cuando yo quiera. Puedo aprenderme todos los papeles que quiera. Puedo leer "La casa de Bernarda Alba" y sentirme como si fuese Adela, que ama hasta matarse por hacerlo. Puedo escribir todas las escenas que quiera sobre Draco Malfoy y Hermione Granger sin importar que no tenga sentido juntarlos. Puedo ser mejor que Marilyn Monroe en sus mejores años. Puedo matar a quién yo quiera. Puedo torturar hasta sentir placer. Puedo amarme todo lo que me dé la gana. 
Oh sí, una maldita egocéntrica, que se deleita con su reflejo. 
Una maldita egocéntrica a la que no le importa admitirlo. A la que no le importa recordarle a cierto capullo que ella es mejor que cualquiera. Una maldita egocéntrica ambiciosa, celosa y vanidosa. Una maldita egocéntrica que pisoteará a cualquiera que pretenda ponerse en su camino para alcanzar su meta. Porque nadie, va a lograr apartarme de esto que pretendo tener. Da igual que sea duro. Da igual que tenga que saber cosas que no quiero saber. Da igual que tenga que perder - porque si pierdo, me haré más fuerte. Da igual que me encuentre a gente despreciable - yo puedo ser peor que ellos
Da igual.
 Porque puedo ser mejor, en todo lo que me proponga. 

miércoles, 18 de mayo de 2011

Tiempo que es agua

Así que no termino de encajar las palabras. He decidido que quiero desarmar el rompecabezas en el que te has convertido, y analizar cada una de las piezas. Algunas no encajaran - y voy a tener que apartarlas; y las que se puedan quedar no harán ninguna forma, y sus colores y dibujos serán difusos. Así que no lo entiendo. No entiendo nada. 
No me entiendo.
 Por que puedo hacer las cosas con una precisión que hasta a mí me extraña. Porque soy detallista hasta la última coma. Porque no soporto que algo sobre o falte; y sin embargo, que falte o sobre algo contigo, me encanta. 
Te sobra belleza y te falta ternura. 
Te sobran sonrisas y te faltan motivos para tenerlas. 
Y no lo entiendo. No me encaja nada. Todo tenía sentido; todo era sólido. Y ahora he perdido el rumbo y la vida se ha vuelto líquida, escurriéndose entre mis dedos como si fuese agua. Y no soporto ver como cada gota se estrella contra el suelo. Y odio que algunas de ellas sean gotas de mi tiempo
Tiempo que te dedico pensándote. 
Tiempo que te dedico queriéndote. 
Tiempo que ya no sigue las agujas del reloj. Tiempo que ya tiene su propio cronómetro. Tiempo que va acorde con cada paso que doy, al ritmo de melodías tristes. Y no soporto sentirme vacía, por algunas palabras a otra que nunca me dirás. Y si tuvieras dos dedos de frente te darías cuenta de las cosas que me duelen. Y si yo los tuviera, dejaría de ser masoquista y haría lo que me conviene. 
Pero soy ambiciosa. 
Horriblemente ambiciosa. 
Y también soy vanidosa. 
Terriblemente vanidosa. 
Así que no me voy a rendir. Porque te puedo dar más de lo que ella te está dando

lunes, 16 de mayo de 2011

Ma~du~rar como las man~za~nas

Hoy he estado pensando en los silencio que hablan, en las palabras que estorban, en los pensamientos que sobran. Hoy me he parado a pensar durante una milésima de segundo, en los campos yermos que se han convertido en mis planes de futuro, llenos de árboles que aún tienen que crecer, y flores que aún tienen que florecer. Y he llegado a una conclusión:
He madurado.
Sólo un poco, la verdad; pero lo suficiente como para saber lo que quiero hacer, de lo que quiero vivir, pero más aún, la persona que deseo ser cuando sea mayor. Una persona que ya no se deje controlar, dueña de su vida y que no se deje llevar por la corriente. 
Así que ahora resulta, que yo formo parte de los campos que son mi futuro -antes yermos- con la forma de una manzana, que tiene que madurar -y va a hacerlo- para caerse de la rama más alta del árbol y caer a la hierba mecida por la brisa y bañada por el sol, 
Para rodar hacia el futuro. 

domingo, 15 de mayo de 2011

Celos

Ese sentimiento que te retuerce las entrañas, que hace que quieras llorar, gritar y matar al causante de esta horrible sensación que te asedia por cualquier tontería. Te quiero. A mí también me gustaría poder decirte eso ¿sabes? Pero da la casualidad, que soy una persona que piensa -no como en otras ocasiones- y como pienso bastante últimamente, no puedo evitar pensar que el día que te diga "Te quiero" tú lo único que harás será cambiar de tema o decir cualquier otra cosa. ¿Por qué?
Porque tú no me quieres. Tú no sientes nada. 
Porque hay miles de tías mejores que yo por ahí.
Y eso me hace querer matar a la mayoría de las féminas del planeta.
Porque son más bonitas; más altas; más risueñas; más pasionales; menos acomplejadas; más divertidas; más sensacionalistas
Oh pues perdóname por ser tan estúpida; yo no tengo la culpa de tener miedo a una relación estable incluso si estoy tan perdidamente enamorada de ti.
Julián, eres idiota; y que no te des cuenta de que estoy loca por ti a estas alturas, te convierte en un auténtico retrasado.

sábado, 14 de mayo de 2011

Pensar

Tumbada en la cama, el ventilador a un ritmo sosegado, y alguna que otra canción lenta, que inevitablemente, me hace pensar. Pensar en que mañana, todo se decidirá. Pensar en que mañana podría tener mi oportunidad. Ya sabes: esa oportunidad de ser lo que siempre he soñado ser; y de estar con quien más deseo estar. Llámame estúpida si se te antoja; pero estoy muy nerviosa...

Soñarte y escribirte

Si cada vez que me despierto, pudiese ver lo que más deseo en este mundo, sin duda, sin vacilación, serías . Sería ver tu largo, suave, sedoso y negro cabello esparcido por la almohada, y poder hundir mis dedos en el tiernamente. Sería poder ver tus ojos cerrados; ojos que guardan tanto dolor, tanta fuerza y que sin embargo tienen un brillo tan febril y suave, que hacen que me estremezca. Sería ver los suaves y finos labios, levemente pálidos, de sabor tenue que tengo grabado en la memoria; porque el sabor de  tus besos, no puedo olvidarlo. Sería ver los brazos largos, suaves y fuertes, que acaricio siempre con la punta de mis dedos y que hacen que te estremezcas y te rías. Y dios. Tu risa... Tu risa es aún mejor que cualquier otro pensamiento que pueda surgir en mitad de la noche. Es como una bala que me atraviesa de lado a lado. Tu risa, acompañada siempre de esa media sonrisa que me arrebató el alma para que te la llevases, eso es lo único que hace que quiera seguirte
Y así puedo estar el día entero. Mirándote. Mirándote y queriéndote; porque no hay cosa más cierta de que te quiero para mí sola ahora mismo. Para mí; sólo para mí. Porque te quiero. Te quiero. Te quiero
Te
Quiero
Y cada pensamiento que sale de mi imaginación hasta la superficie de mis mejillas, hace que se tornen rojas, y una sonrisa aflore en mi rostro; y una mirada tierna se derrita en mis ojos. No sabes lo que daría esas mañana por tenerte ahí, tumbado a mi derecha, a merced de mis manos que sueñan con acariciar tu piel otra vez; a merced de mis labios, que solo quieren volver a besarte; a merced de mis pupilas, que tienen tu imagen grabadas a fuego en ellas, pero que ansían más imágenes tuyas. Mejores imágenes.
Tú riendo.
Tú sonriendo.
Tú pensando.
Tú, mirando hacia cualquier parte para luego mirarme.
Y sonreírme. Y quererme.
Cuesta decirlo, después de lo que he vivido. Después de todo el miedo que aún guardo. Después de cada sueño roto. Cuesta decirlo, pero lo tengo que hacer.
Me he enamorado de ti. Perdidamente. 
Pero, pese a sentir como mi boca se abre de horror con el pensamiento de confesarte este sentimiento, hay demasiadas cosas que me recuerda a él e inevitablemente, a ti. Cada una de las palabras de una canción; cada una de las declaraciones que leo en un libro; cada uno de mis deseos, son los que hacen que quiera decírtelo; repetírtelo día y noche. Decirte cada una de las cosas que despiertas en mí, y que no quiero volver a esconderte. 

miércoles, 4 de mayo de 2011

*

Te quiero
Te quiero
Te quiero
Te quiero
Te quiero
Te quiero
Y no puedo dejar de hacerlo. No puedo pararlo.
No puedo dejar de pensar que algo está pasando en mí.
Te estás quedando con cada parte de mi alma.
Ya no queda nada, absolutamente nada, dentro de mi cuerpo que no te pueda querer.
No sé si es porque tu has encontrado la manera de llegar a mí.

Y te quiero
Te quiero más
Y más
Y más
Y más
Y no puedo pararlo.
Y no quiero pararlo.
No quiero detenerte en esta misión de destruirme.

viernes, 29 de abril de 2011

.

Quiero decirte tantas cosas. Quiero decirte cada uno de los pensamientos que pasan por mi mente. Aunque sea solo tu nombre; porque a veces tu nombre es lo único en lo que soy capaz de pensar.
Da igual que haga frío ultimamente, da igual que el sol abrase cada parte de mi piel, sólo me importa tu nombre. Sólo me importas tu.
Y joder, si supieras la impotencia que siento en cada momento. Si supieras la angustia que me retuerce las entrañas cada noche. Si supieras la necesidad que tengo de abrazarte y decírtelo. Eso que nace desde mi pecho, que crece por mi garganta, quemándola, y al final escupir esas dos palabras- porque siento que si no las digo pronto, acabaran matandome.
¿Pero sabes qué?
Nunca te las voy a decir. Nunca voy a decir tu nombre y luego las voy a pronunciar, porque si lo hago, voy a llorar. Voy a enfermar. Voy a agonizar porque tu nunca entenderías esto. Nunca entenderías esto que ha pasado dentro de mi. Porque dentro de mí, en mi mente gris y en mi pecho desgarrado, algo ha conseguido salvarse. No sé si es esperanza. No sé si es lamento. Sólo sé que sentirlo me alivia un poco. Pero saber que es por ti, sólo me hiere más.
En todas las palabras que te digo, hay mensajes subliminales. Encuéntralos.

miércoles, 13 de abril de 2011

Ne, Kate...

Hoy, he tenido un día horrible. Hace unos días que me ha dado por escuchar esa canción tuya, aquella que tanto te gustaba y que tanto te encantaba. Ya sabes, "I'm with you". A veces, cuando estábamos las dos solas, y tu cantabas la canción con Avril, era como si estuviéramos pensando lo mismo. A veces, siento que necesito correr hacia ti y decirte que estoy aquí. Que estoy aquí y que te necesito más que nunca.
A veces lloro, abrazada a la almohada. Lloro como cuando él me dejó. Lloró como cuando tu te fuiste. Lloro como cuando yo dejé de ser yo. Lloro. Simplemente lloro, acurrucada bajo las mantas, apretando los puños y hablándote. Porque ya no aguanto no tenerte.
Pongo "I'm with you" en repetición continua. Es como tenerte con tu guitarra azul a mi derecha, como aquellas tardes en la playa, en las que tu cantabas, y aliviabas las cosas.
Ya no estás. Te miro y no te veo. Eres como el espectro de lo que fuiste. Me duele no oírte. Me duele no verte reír. Me duele ver que no sonríes. En serio, Kate, ¿dónde estás? ¿Qué ha pasado? ¿Por qué no vuelves? ¿Por qué no soy capaz de hablarte? ¿Por qué no soy capaz de retenerte del brazo cuando nos cruzamos? Tengo miedo. Siempre tengo miedo.
Y antes me decías lo que tenía que hacer. Antes siempre sabías lo que tenía que decir. Antes siempre estabas ahí. Y ya no estás. Ya no queda nada. Y me duele. 

martes, 5 de abril de 2011

Aneune...


Alguna vez tengo esa necesidad de abrazar. Abrazar fuerte y no dejar de hacerlo. Así que en esos momentos, siempre pienso en Aneune, porque ella siempre está ahí, sea el momento que sea. Cuando abrazo a Aneune, me gusta apretar su cintura y dejar mi frente sobre su hombro, así que ella me aprieta fuerte por los hombros, y cuando aprieto más en su cintura, ella me acaricia el pelo. Y me siento bien
Aneune huele bien. Huele a flores, a fresas. Huele a chucherías y a la tinta de los rotuladores con los que se mancha la punta de los dedos cuando dibuja. Aneune huele a tranquilidad, a risas y alegría. Aneune huele a paz, a madurez y a sonrisas. Así que supongo que Aneune, es más especial de lo que creemos los demás. O más de lo que yo creo. Porque ella es mi Aneune, y me gusta como huele. 
Aneune nunca me pregunta qué me pasa, sólo lo hace cuando sabe que es necesario. Aneune sabe muchas cosas, así que siempre acierta a la hora de preguntar. Cuando le digo que no pasa nada, a veces le miento, pero es sólo porque yo mismo dudo de lo que me está pasando; y aunque ella sepa que le he mentido, no insiste, porque sabe que se lo voy a contar. 
Aneune me apoya, y me aconseja. Me aguanta, que eso es todo un logro, y me da confianza. Aneune me demuestra que las personas cambian, pero que ella siempre será Aneune. Aneune siempre está dispuesta a ayudarme, a mí y a todo el que la necesite. Aneune simplemente es buena. Nos cuida a todos. Pero es mi Anuene. Porque después de todo, me cuida como a una hermana. 
¿Ne, Aneune-san?